NUESTRO COMENTARIO:
LO DEL PÁJARO NO ES DE NUESTRA COSECHA
A continuación la carta al director remitida al ABC:
El picudo rojo del urbanismo.
Paseando por avenidas y rotondas del Aljarafe, encontramos un paisaje desolador. Las palmeras enferman y se vienen abajo. Se ha extendido una plaga de un escarabajo que proviene del Sureste Asiático y la Polinesia. El picudo rojo es pequeño, y voraz; cuando acaba con una palmera, realiza vuelos en busca de otras próximas. En muchos pueblos, junto a las palmeras enfermas, encontramos cientos de edificios a medio construir, con el cartel "se vende" colgado en las ventanas, o polideportivos cubiertos y centros de interpretación abandonados. El modelo en crisis del urbanismo salvaje deja ver ahora que bajo el lustre de los edificios, había galerías excavadas que provocaban el debilitamiento endémico y el empobrecimiento de nuestros pueblos. El picudo rojo del urbanismo es una variedad de equipos redactores con muy buenos contactos, aliados a políticos entregados a la gloria efímera de la construcción especulativa que han ido extendiéndose de pueblo en pueblo. En el eje Salteras - Valencina nos tememos lo peor; después de ver el avance del PGOU de Salteras, con un crecimiento injustificado, propio de los tiempos del pelotazo urbanístico, y con un mismo equipo redactor para ambos pueblos colindantes. La plaga de picudo rojo se introduce en las palmeras por las heridas, como las provocadas por la poda de las hojas, ya que actúan como un potente atrayente de los escarabajos. Para eliminar el picudo rojo son necesarios políticos honestos, con proyectos globales y equilibrados de territorio, y un tratamiento intensivo de democracia real y control ciudadano durante todo el año, especialmente en tiempos de mayorías absolutas en que la actividad de la plaga es mayor.
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