Castilleja de Guzmán
El derribo de la escuela de hostelería obliga a cerrar servicios municipales
El 4 de julio empiezan las visitas previas a la demolición y se pide «comprensión» a los vecinos
21 jun 2016 / 22:38 h.
El inicio del derribo
de la escuela de hostelería de Castilleja de Guzmán es prácticamente
un hecho a tenor de un bando publicado por el Ayuntamiento en el que
informa de que, a partir del próximo 4 de julio, las diferentes
dotaciones y servicios municipales instalados en la parcela de dicho
edificio «quedarán cerrados y sin uso». El motivo no es otro que «las
visitas y trabajos técnicos, de seguridad y ejecución del proyecto de
demolición», que afecta a todo el terreno en cuestión, según informó en la
publicación el alcalde guzmareño, Tasio Oliver (IU).
De esta forma, Oliver se
remite a la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA)
que ordena demoler la escuela de hostelería, construida años atrás por el
entonces Consistorio socialista gobernado por Carmelo Ceba, la Consejería de
Empleo de la Junta de Andalucía y la Mancomunidad para el Fomento y el
Desarrollo del Aljarafe, un proyecto que fue paralizado tras el recurso
interpuesto por un colectivo de vecinos a raíz de la aprobación definitiva de
una modificación del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU), destinada
a la ordenación y nueva delimitación de las parcelas de espacios libres y
equipamientos ubicadas entre las calles Álvarez Quintero y Gustavo Adolfo
Bécquer, donde precisamente se construyó la escuela.
El anuncio del cierre de
estos servicios municipales que se ubican en la zona se produce días antes
de que se cierre el plazo para que las empresas interesadas en acometer los
trabajos, valorados en 198.000 euros, a través de una licitación que salió
publicada en el Boletín Oficial de la Provincia (BOP) el pasado 8 de junio. Una
vez adjudicadas las obras, el propio alcalde ya informó de que la previsión es
que las obras hayan finalizado en octubre, dado que el plazo de
ejecución que establece el citado anuncio del BOP se cifra en tres meses.
Por eso, en su bando,
Oliver ha pedido «comprensión» a sus vecinos ante las molestias que el
cierre de los servicios municipales pueda causar, «especialmente a los padres,
madres y jóvenes que se vean afectados por el cese temporal de esta actividad».
«Como prevención de seguridad y en cumplimiento de la sentencia, hay que
concienciar a los habituales usuarios de estas instalaciones para que se
abstengan de utilizarlas durante estos meses», señala el alcalde.
Hay que recordar que la
parcela que quede libre tras la desaparición de la escuela de hostelería será
una zona libre. Esta, según explica el alcalde, se adecuará para lo que digan
los vecinos –siempre que se cumpla con la ley–, para lo que se abrirá un
periodo de consultas tal y como el Consistorio guzmareño pretende hacer con el
próximo PGOU.
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