ADTA avisa
de matices "especulativos" en la figura elegida para los dólmenes de
Valencina en el nuevo PGOU
El avance del PGOU de
Valencina propone "transformar en suelo público" las fincas de los
dólmenes
La Asociación de Defensa del Territorio del Aljarafe (ADTA) alerta
de que el mecanismo que contempla el avance del Plan General de Ordenación
Urbana (PGOU) de Valencina de la Concepción (Sevilla), para transformar en
suelo público las fincas de los dólmenes de La Pastora y Matarrubilla,
declarados bien de interés cultural (BIC), implica un "detrimento"
para los equipamientos públicos del casco urbano y facilita la
"especulación". Según la organización, la figura del sistema general
de espacios libres (SGEL) concederá un grado de edificabilidad a estos suelos
no urbanizables de especial protección que contienen los monumentos
megalíticos, extremo que motivará la transferencia extraordinaria a otros
espacios de esta edificabilidad antes no existente.
Valencina de la Concepción, como es sabido, es uno de los
municipios más importantes de la provincia de Sevilla en materia de patrimonio
histórico, dado que en su término municipal, así como en el de Castilleja de
Guzmán, descansan los vestigios arqueológicos de lo que hace milenios fue un
gran asentamiento prehistórico que habría alcanzado su máximo esplendor durante
la Edad del Cobre. Buena prueba de ellos son los famosos dólmenes de La
Pastora, Matarrubilla y Ontiveros, que vienen a ser los principales monumentos
megalíticos de la provincia de Sevilla y a los que se suman diferentes
yacimientos arqueológicos ya descubiertos y otros tantos detectados por sondeos
geofísicos pero aún pendientes de investigación.
RECONOCIMIENTO DESDE 1931
Abundando en los dólmenes de La Pastora y Matarrubilla, cabe
señalar que su construcción corresponde al conocido modelo de 'tholos', --esto
es, una cámara circular comunicada con el exterior a través de un corredor o
galería--, fueron declarados monumentos en 1931 y actualmente son visitables
después de haber sido objeto de diferentes investigaciones por parte del mundo
científico. Tanto estos monumento megalíticos, como el resto de activos
pertenecientes al antiguo asentamiento calcolítico de Valencina de la
Concepción, de cualquier modo, figuran en la declaración de Zona Arqueológica
que pesa sobre 779,16
hectáreas de este término municipal y del término del
municipio vecino de Castilleja de Guzmán, que guarda el dolmen de Montelirio.
Pues bien, el Ayuntamiento de Valencina de la Concepción,
gobernado por Antonio Manuel Suárez, aprobó el pasado 18 de diciembre en el
marco de un pleno de su Corporación el documento correspondiente al avance del
nuevo Plan General de Ordenación Urbana. El documento de avance del nuevo PGOU,
recogido por Europa Press, presta como es natural un amplio capítulo al
patrimonio histórico y, entre diversos aspectos, profundiza en el futuro de los
dólmenes de La Pastora y Matarrubilla.
SISTEMAS GENERALES DE ESPACIOS LIBRES
El avance del nuevo PGOU, entre muchos otros aspectos, avisa de
que, en el caso de estos dólmenes, "resulta evidente que la titularidad
privada de los terrenos y la falta de ordenación del suelo, con un plan
director específico, son las causas principales de las deficiencias
observables". Es por esto que el documento de avance del nuevo PGOU de
Valencina de la Concepción aboga por la creación de un sistema general de
espacios libres (SGEL) en torno a estos monumentos megalíticos, pues esta
herramienta de ordenación y protección "posibilitará la transformación en
suelo público de algunos de los terrenos en que se ubican los monumentos y su
entorno".
Sobre esta figura, la del sistema general de espacios libres, el
portavoz de la Asociación de Defensa del Territorio del Aljarafe, Juan Antonio
Morales, ha avisado a Europa Press de los aspectos que entraña este instrumento
de planeamiento. Y es que, en primer lugar, las fincas que guardan ambos
dólmenes "no tienen vocación de parques urbanos" y, como tal, no
encajan con la figura de sistema general de espacios libres.
EDIFICABILIDAD EXTRA
Pero además, transformar los suelos no urbanizables de especial
protección de estas fincas en sistemas generales de espacios libres, según
Morales, implicaría otorgar determinado grado de "edificabilidad" a
los terrenos. "Por los mecanismos de compensación vigentes, esta
edificabilidad sería transferida a otros suelos" dado que la ubicación de
los dólmenes impide la creación de construcciones, avisa Juan Antonio Morales,
quien detecta matices "especulativos" en esta operación porque, de
manera indirecta, introduce en el municipio un grado extra de edificabilidad
que antes no existía.
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