Piedra, magia y sangre
La última novela del exministro Manuel Pimentel se titula «Dolmen» y combina su fascinación por la antigüedad con el thriller de corte más actual. A lo largo de cuatrocientas páginas los lectores se enfrentarán a una trama envolvente repleta de acción y misterio, pero también a un ejercicio de investigación sobre la cultura megalítica andaluza
Sevilla /
15 oct 2018 / 21:28 h
«Son los templos más
poderosos que la humanidad jamás construyó, mucho más que las catedrales que
les sucedieron. Sus piedras conectan con los puntos de poder, algo así como una
acupuntura megalítica sobre el sistema nervioso de la tierra». Este discurso,
inserto en su último trabajo literario, es una de las tesis defendidas por el
editor, escritor y expolítico Manuel Pimentel (Sevilla, 1961) para tratar de
explicar el secreto que esconden las piedras neolíticas repartidas por nuestra
península, y más allá de esta. Nos estamos refiriendo a los dólmenes,
verdaderos «templos» de la prehistoria con una antigüedad estimada entre los
5.000 y 6.000 años, pero también a otras construcciones similares como los
tholos, los cromlechs (el más conocido es el de Stonehenge, en Salisbury) así
como los menhires. Y es que Dolmen, publicada por Almuzara hace apenas
unos meses, se configura como un thriller sorprendente donde tienen cabida la
pasión por la arqueología de su autor, el gusto por el misterio y un didactismo
tan asombroso que nos impulsa a descubrir la 'cara B' de nuestra geografía más
próxima.
Crímenes en el
Aljarafe
La trama de Dolmen arranca
en pleno Aljarafe sevillano, cuando, tras un crimen terrorífico perpetrado
mediante un rito prehistórico, una extraña rueda comienza a girar despertando
el estupor de los agentes encargados del caso y alarmando a toda la opinión
pública. Artafi Mendoza —joven arqueóloga protagonista de la anterior novela de
Pimentel, La ruta de las caravanas— , pronto comprende que la policía
será incapaz de adentrarse en la magia de la prehistoria con la técnicas del
siglo XXI, por lo que se verá obligada a desvelar el misterioso secreto que se
oculta bajo los crímenes megalíticos. En suma, Dolmen cuenta con todos
los ingredientes necesarios para enganchar al lector, desde la primera página
hasta la última. A saber, una estructura basada en la técnica de las 'muñecas
rusas'; esto es, aparentemente sencilla, pero que se complica página a página y
capítulo a capítulo; un uso del lenguaje cercano y directo y con grandes
concesiones al diálogo; un ritmo vertiginoso y un puñado de guiños a la
literatura noir de todos los tiempos: desde Agatha Christie a Raymond
Chandler, pasando por Jo Nesbø y Camilla Läckberg.
Una lección de
historia
Pero si por algo destaca
la última novela de Pimentel es por el concienzudo trabajo de investigación
oculto entre sus párrafos. Siguiendo las pautas de autores de moda como Dolores
Redondo (Trilogía del Baztán) o Eva García Sáenz de Urturi (El
silencio de la ciudad blanca), cuyo éxito radica fundamentalmente en
combinar ritos del pasado, psicología y misterio, el escritor afincado en
Córdoba teje un argumento hábil que nos permite descubrir la importancia de los
monumentos neolíticos repartidos por nuestra geografía. Una red tan desconocida
como cautivadora que abarca provincias como Huelva, con el sobresaliente Dolmen
de Soto; Sevilla, con los de la Pastora y Matarrubilla; o Málaga, cuyo conjunto
antequerano ha sido recientemente nombrado Patrimonio de la Humanidad. Así, el
responsable de títulos como Peñalaja, El librero de la Atlántida o
El arquitecto de Tombuctú, se luce en su faceta de divulgador del
patrimonio regalándonos una guía iniciática sobre los hitos de la prehistoria
en el sur de Europa. Y es que además de Andalucía, los personajes de Pimentel
se adentran en la vecina Portugal, de ahí que el ramillete de rincones
megalíticos resulte tan rico como ilustrativo. De este modo Dolmen se
destapa como una novela negra de corte actual, pero al mismo tiempo como una
sugerente lección de historia.
Cuna del megalitismo
europeo
Con la publicación de su
obra, el exministro confirma que no es necesario viajar lejos para adentrarnos
en la magia que nos proporciona el pasado. No cabe duda que países como
Inglaterra y Malta atesoran piezas megalíticas de primer orden, pero las
nuestras no tienen nada que envidiarle y, de hecho, son incluso superiores. No
en vano el Dolmen de Menga, ubicado en el municipio de Antequera, es el mayor
descubierto jamás, mientras que el Tholos de La Pastora, en Valencina de la
Concepción, posee el corredor más largo de la Península. De ahí que el escritor
no duda en señalar que «hay muchísimos dólmenes en España. Los más importantes
del mundo están en Andalucía y, sin embargo, no se conocen». Es el caso de El
Gandul, ubicado en Alcalá de Guadaíra, el de Montelirio, en Castilleja de
Guzmán, el de Gorafe, en Guadix-Baza, o el de Alberite, en Villamartín (Cádiz);
todos ellos con un potencial tan grande que nos permite pensar que la cuna del
megalitismo europeo se halla en nuestra comunidad autónoma. Asimismo al
director del programa Arqueomanía, que se emite en La 2 de Televisión Española
desde hace varios años, le fascina de una manera especial el componente
sobrenatural de dichos santuarios de piedra. Concretamente «la mentalidad
mágica de los constructores de dólmenes, que se prolonga hasta nuestros días».
De este modo, como gran aficionado a la historia subterránea de nuestro país,
Pimentel subraya que «los dólmenes están asociado al poder telúrico de la
naturaleza y fueron erigidos en sitios de fuerza». Y es que para documentarse
debidamente, el autor de Leyendas de Tartessos ha visitado muchos
yacimientos, analizado su contexto histórico y sumergido en la parte menos
científica asociada a estas construcciones megalíticas.
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