La Junta paraliza todas las nuevas solicitudes de excavaciones arqueológicas
M.
J. PEREIRA / sevilla
Día 05/05/2015 - 12.26h
Los arqueológos denuncian que una orden interna de la Junta afecta a cientos de obras privadas y públicas en toda Andalucía
El decano del Colegio de Arqueólogos
de Sevilla y Huelva, Marcos Hunt, ha puesto el grito en el cielo al conocer
la orden interna de la Dirección General de Bienes Culturas de la Consejería de
Cultura de no autorizar nuevas intervenciones arqueológicas desde hace un mes
por la falta de inspectores arqueólogos funcionarios, «lo que –dice– en la
práctica se traduce en la paralización de cientos de obras». El delegado
provincial de la Consejería de Cultura, Francisco Díaz Morillo, comunicó
esa orden interna la pasada semana a los miembros de la Comisión Provincial de
Patrimonio y explicó que existe un informe jurídico sobre la presunta
ilegalidad de que los inspectores arqueólogos laborales puedan estar realizando
labores de funcionarios, según ha podido saber ABC. La Consejería de Cultura no
quiso comentar ayer nada al respecto.
El problema es que, según Marcos Hunt,
salvo en Málaga y Granada, en el resto de provincias no hay en las delegaciones
de Cultura arqueólogos inspectores funcionarios. «En Sevilla hay tres
inspectores arqueólogos y son laborales. Por lo tanto, la orden interna de la
Consejería supone la paralización de todas las obras con cautelas
arqueológicas, en las que es obligatorio tener aprobado un proyecto de
intervención arqueológica y nombrado un inspector arqueólogo de la Junta»,
señala el decano, quien no descarta pedir auxilio al Defensor del Pueblo
Andaluz.
Según Jacobo Vázquez, presidente de la
sección de Arqueología del Colegio de Doctores y Licenciados de Ciencias,
Letras y Filosofía, además de miembro de la Comisión de Patrimonio, la
orden interna de la Consejería de Cultura ha paralizado desde hace un mes el
cien por cien de las resoluciones y tramitación de actividades arqueológicas en
toda Andalucía, lo que supone un freno total a los arqueólogos profesionales,
los promotores privados, las administraciones, los inversores...».
Entre los afectados, como dice Vázquez,
no sólo hay promotores privados, sino también administraciones, entre ellas la
propia Junta de Andalucía, que ha licitado proyectos de intervención
arqueológica en bienes de su propiedad, o la Gerencia Municipal de Urbanismo
de Sevilla, que espera autorización de Cultura para el proyecto de
intervención arqueológica previo a la reforma de la Fábrica de Artillería.
Florentino
Pozo, el arqueólogo contratado por Urbanismo para llevar a cabo este
proyecto de actuación arqueológica, declaró a ABC que «cuando llamé a Cultura
para saber cómo iban los trámites administrativos me han dicho que hay
instrucciones de la Dirección General de Bienes Culturales instando a que no
autorice ninguna actividad arqueológica hasta que no se nombre un inspector
arqueólogo funcionario. El problema es que en la delegación de Sevilla no hay
ninguno». A juicio de Pozo, «desde la transferencia de estas competencias a las
autonomías, hace más de treinta años, han sido inspectores arqueólogos
laborales los que han realizado esa labor y nadie lo ha cuestionado hasta
ahora».
Los arqueólogos, un colectivo discriminado
La decisión de la Junta de
paralizar las nuevas autorizaciones de intervenciones arqueológicas ha sido la
puntilla para un colectivo cansado de sufrir discriminaciones respecto a
arquitectos, ingenieros o restauradores, según explicó ayer a ABC Jacobo Vázquez, presidente de la
sección de arqueólogos del colegio que los aglutina en
Sevilla.
«Para empezar, el reglamento de Actividades Arqueológicas
de 2002 nos condena –dice Vázquez– a la inestabilidad
laboral, ya que mientras los arquitectos pueden intervenir en tantos bienes
patrimoniales como quieran, los arqueólogos sólo podemos tener un proyecto
activo. Es difícil encadenar doce
meses de trabajo consecutivo. A veces necesitamos tres meses
para que nos autoricen una actuación arqueológica de un solo día. Así no
vivimos, sino que sobrevivimos, y es imposible estabilizar equipos de trabajo».
«Hay pocos arqueólogos profesionales con más de 45 años porque
la mayoría tira la toalla para lograr estabilidad en cualquier otro trabajo»,
añade Jacobo Vázquez, quien recuerda que en Sevilla hay 212 arqueólogos
colegiados y sólo 60 en activo.
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