Espartinas ultima con Adif el plan para poner en marcha ‘su’ Cercanías
El Consistorio ha rectificado el proyecto de acceso a la estación ‘compartida’ de Salteras tras la negativa autonómica para llegar a través de la Cañada Real de las Islas, asfaltada ilegalmente
Han pasado seis largos
años desde que a finales de marzo de 2011, el tren volviera al Aljarafe.
Los gobiernos socialistas de la Junta y el Estado, capitaneados ese día por dos
pepes, Griñán y Blanco, presumían de devolver a pueblos, que desde décadas
atrás tenían una vía en su término municipal, el servicio del transporte
ferroviario. Hasta ocho localidades de esta comarca pseudometropolitana
activaron el servicio de Cercanías, desde Benacazón hasta Camas,
pasando por Santiponce, Valencina, Salteras, Villanueva del Ariscal,
Olivares, Albaida y Sanlúcar la Mayor. Eso sí, no había tantas estaciones
como municipios, dado el carácter de compartido de algunas de ellas. De todos
estos pueblos limítrofes entre sí, Espartinas, entonces bastión del PP,
volvió a quedarse fuera, como ya sucediera en el reparto de accesos
directos a la A-49, a
la sazón, el más colosal de los problemas de movilidad del municipio.
Hoy día, la realidad es
que persisten graves deficiencias de transportes en la localidad, una
auténtica isla comarcal en este sentido. Más allá de los intentos denodados
del Consistorio por conseguir el ansiado enlace con la A-49, ahora más cerca
tras la construcción de los bucles entre la autovía de Huelva y la SE-40 y el
proceso de expropiación de los terrenos locales, toca también regular la
perversión de no tener acceso directo a otra infraestructura de transporte, en
este caso ferroviario, pese a que la vía transcurre por término municipal.
Por ello, el equipo
de gobierno de Ciudadanos, a través de su delegado municipal de Urbanismo,
Ángel Mayo, ya ultima con Adif un proyecto que permita disponer de un
acceso directo desde el núcleo urbano a la estación de Salteras, ubicada
a poco más de tres kilómetros lineales desde la urbanización de Cerro Alto. Esta
estación de Salteras, inaugurada en 2011, cuenta con otro edificio anexo al
principal, situado en el andén contrario, el derecho si se atiende al
sentido de la vía con destino Sevilla, el cual, pese a estar completamente
terminado, aún no ha sido utilizado al no existir un vial cualificado que
conecte con él.
La idea primigenia
esbozada a principios de año por el Ayuntamiento espartinero era acceder
hasta este segundo andén a través de la Cañada Real Vereda de las Islas, un
proyecto que la Junta de Andalucía volcó con la justificación de que es
imposible el tráfico rodado por este carril pecuario, el cual, además, lleva
décadas asfaltado pese a que el organismo autonómico expresa al Consistorio la
ilegalidad –y su desconocimiento– de este extremo. Esa Cañada Real es la que
cada día utilizan los vehículos pesados, camiones de basuras, de la
Mancomunidad de Residuos del Guadalquivir para acceder a la planta de
tratamiento allí existente. Además, la Asociación para la Defensa del
Territorio del Aljarafe (ADTA) denunció que ese planteamiento supondría la
«destrucción del Corredor Verde del Riopudio», un espacio regenerado para el
disfrute ciudadano y medioambiental existente junto a la Cañada Real.
Tocó entonces renovar
los planes. La nueva proposición ideada por el área de urbanismo se dividiría
en tres fases, siendo la primera de ellas la adecuación del firme de la Vereda
de la Carne, un camino rural paralelo a la vía, que está a continuación de la Cañada
Real y que necesitaría mínima rehabilitación, ya que el plan trataría de
convertirlo en un carril bici y peatonal que sirva, en un principio, para
«abrir la valla» que los separa de la estación.
En este sentido, esta
fase inicial tendría un coste asumible apenas superior a los 200.000 euros,
y que significaría una primera conexión con el ferrocarril. La idea del
Ayuntamiento es disponer pantallas vegetales que den sombra a un paisaje
estepario, dominado por tierras de cultivo yermas, construir un carril bici y
peatonal y convertirlo en un trazado agradable. No se invadiría, por tanto,
el espacio de dominio público ferroviario de la vía, y además, se respetaría la
normativa que impide el tráfico rodado en esa zona. El segundo paso de esta
fase, la puesta en carga de la estación, también parece solventada tras la
reunión que el pasado martes mantuvieran con Adif los representantes
municipales. En ella, se constató que en el edificio todo estaría dispuesto
para la activación del segundo andén, a falta de unos tornos que no serían
mayor problema. Desde la entidad pública de infraestructuras ferroviarias
se ve con buenos ojos la idea del Consistorio, así como su potencialidad. Más
aún cuando esta línea de Cercanías, la C5, apenas alcanza los 2.500 pasajeros al
día, exigua si se compara con el uso de otras líneas del mismo tipo en la
provincia.
El problema estriba en
que esta primera fase no permitirá el acceso en vehículo a la estación, siendo
solo posible en bicicleta o a pie, a cuatro kilómetros aproximados desde el
pueblo. Pese a que en el proyecto se incluyen puestos de bicicletas eléctricas
junto al Cercanías y en el enlace de la Cañada Real con la carretera A-8076,
donde también se situaría un aparcamiento disuasorio, se plantea la necesidad
de poder llegar en coche. Este sería un segundo y tercer estadio del plan,
más a medio plazo. Si la primera fase esperan poder ejecutarla a dos años
vista, la segunda y tercera requieren más tiempo. Habría que asfaltar caminos
rurales, primero, junto a la vía, entre el paso inferior junto a la planta de
tratamientos y hasta la estación, en término de Salteras y por el margen
izquierdo de la vía si se mira con destino Sevilla. Estos terrenos también
habría que expropiarlos, aunque apenas son cinco kilómetros. Luego, la tercera
fase tratará de unir por asfalto ese punto y el núcleo urbano, conectando con
la urbanización de Cerro Alto. Ambas actuaciones elevarán la inversión total
hasta unos dos millones y medio de euros, necesitando la aportación de otras
administraciones.
En cualquier caso, todo
depende del primer paso, éste encaminado con Adif. Con él, el tren llegaría a
Espartinas. A cuatro kilómetros, para ser exactos, casi los mismos que los que
la separan de la estación Villanueva-Olivares. Eso sí, el nuevo proyecto libra
del paso por tramo urbano para acceder, aunque en caso de ser factible, tocará
andar o pedalear.
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