Avalan la complejidad de las sociedades prehistóricas que usaban cuarzo
SINC 06/02/2017
Durante
millones de años y hasta la generalización de la metalurgia, hace apenas unos
milenios, la fabricación de herramientas líticas fue un aspecto fundamental de
la economía y tecnología de las sociedades prehistóricas. Es por ello que su
estudio resulta de enorme importancia para que los arqueólogos puedan
comprender y reconstruir las sociedades pasadas.
El cuarzo
es un mineral que los arqueólogos han considerado como un recurso de escasa
importancia, propio de sociedades arcaicas, pese a ser uno de los minerales con
mayor presencia en la corteza terrestre.
Nuevos
estudios, recogidos ahora en un monográfico que publica la revista Quaternary International, demuestran
la complejidad económica, tecnológica, social y simbólica equiparable a la
registrada en los grupos que habitaban otros territorios donde el sílex era un
material frecuente, y al cual se le ha dado más valor.
Estos
resultados pueden considerarse como una prueba evidente de la flexibilidad y
capacidad de adaptación de las sociedades prehistóricas a los cambios y
condicionantes de los diversos territorios.
En estos
estudios, el cuarzo se muestra como un recurso versátil. En este sentido,
además de mostrar propiedades mecánicas y funcionales equiparables a las de
otros materiales de buena calidad, el cuarzo tiene ciertas propiedades
específicas como forma prismática o propiedades piezoeléctricas que lo dotaron
de un valor simbólico y apotropaico para diferentes sociedades prehistóricas,
como refleja la presencia de prismas y cristales de roca en numerosos ajuares
megalíticos a lo largo de la Fachada Atlántica Europea.
“Los trabajos ayudan a romper con los
paradigmas tradicionales de la disciplina, dejando claro el gran conocimiento
que estos grupos prehistóricos tenían sobre las características de este
material y las posibilidades que les ofrecía, llegando a desarrollar procesos
de talla específicos que posibilitaron la obtención de piezas de indudable
valor estético y simbólico, como puede ser la daga en cristal de roca de
Montelirio (Valencina de la Concepción, Sevilla)”, explica un comunicado de la Universidad de Santiago de Compostela,
que ha editado dicho monográfico con la colaboración del Institut Català de
Paleoecologia Humana i Evolució Social.
Las
investigaciones llevadas a cabo por los científicos que participan en estos
trabajos abarcan un amplio marco cronológico y espacial, ofreciéndose casos de
estudio de diversas regiones del planeta –Olduvai, Suecia, Nueva Zelanda o Foz
Côa– y desde el Paleolítico Inferior hasta la Edad del Bronce.
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