Algunos ayuntamientos han aumentado en cerca de un 40 por ciento su plantilla en el último lustro
La falta de objetividad en los despidos previstos por los Expedientes de Regulación de Empleo ha generado críticas.
Gonzalo Núñez García
SEVILLA- Los años de bonanza en la provincia han dejado una herencia envenenada que, con el afloramiento de la crisis económica, está poniendo al descubierto el crecimiento desproporcionado e incluso irresponsable de los ayuntamientos. La enfermedad organizativa de la provincia se ha manifestado, en el último mes, en forma de Expedientes de Regulación de Empleo (ERE), que ya han afectado a dos municipios -Almensilla y Valencina de la Concepción- y que podrían extenderse a otras localidades. Además, los conflictos laborales, el goteo de despidos y toda una serie de recortes dibujan un escenario de crisis palpable en las comarcas sevillanas.
En este marco, el Aljarafe, la zona que ha registrado un mayor crecimiento por su inclusión en el arco metropolitano, está siendo la más afectada por la crisis municipal. El negocio del ladrillo y la excesiva venta de suelo, que ha forjado pingües beneficios en los últimos años, permitió aumentar las plantillas de trabajadores en los ayuntamientos. En localidades como Valencina de la Concepción, el incremento de empleados en los últimos cinco años alcanza entre el 30 y el 40 por ciento, según denuncia el Grupo de IU en el Consistorio.
Vender «la plata de la abuela»
La política de «enchufismo» con vistas a réditos electorales ha funcionado hasta ahora en la comarca con demasiada ligereza, según recuerda Tomás Arias, concejal de IU en Castilleja de la Cuesta. «Se ha vendido la plata de la abuela», asegura y denuncia que el dinero recogido mediante la venta de suelo no se ha aplicado en generar un tejido industrial que acrecentara la riqueza del pueblo a largo plazo, sino que «se han abierto las puertas del Consistorio» a amigos y afines, de modo anárquico, sin criterios racionales y sin planes de financiación. El Plan de Estabilidad Laboral presentado por la alcaldesa de Castilleja, Carmen Tovar, prendió el pasado mes de mayo la mecha de la crisis política, con la salida de tres ediles.
Ahora, los Expedientes de Regulación de Empleo están poniendo de manifiesto la política subjetiva de los ayuntamientos con selecciones de despido poco fundamentadas. Ninguno de los trabajadores afectados por el ERE de Valencina -donde gobierna el PSOE- son militantes de la formación socialista, según resalta IU. Francisco Arellano, concejal de la formación comunista, recuerda que en los últimos años se ha contratado numeroso personal de confianza de la alcaldesa, mientras que el actual ERE echa a la calle a trabajadores con hasta nueve años en el Ayuntamiento y cargos más prácticos: jardineros, arqueólogos o pintores.
En Almensilla, la batalla laboral enfrenta a los sindicatos, que defienden los intereses de hasta 24 trabajadores en peligro de despido, y la Junta, que justifica su gestión ante la situación «insostenible» del pueblo. La Fiscalía analizará la conveniencia de purgar una plantilla que, una vez reducida, afectará a los servicios públicos, según denuncian los populares de la localidad.
Además de los ERE, la radiografía del Aljarafe deja varios ejemplos de anomalías laborales que denotan un contexto de crisis. Los sindicatos denuncian que en localidades como Bollullos «se está despidiendo a trabajadores por cumplimiento de contrato, sin necesidad de ERE, lo cual es más grave». No obstante, fuentes del Ayuntamiento aducen que es un procedimiento «absolutamente legal», aunque reconocen que «la plantilla aumentó recientemente y ahora lo que se ha hecho ha sido no renovarlos».
En Coria del Río, el cierre de un centro de Bienestar Social ha conllevado el despido de seis trabajadores ,mientras que en la localidad de Bormujos campa sobre el Ayuntamiento la posibilidad de que los servicios municipales sean privatizados para afrontar las vacas flacas.
http://www.larazon.es/61662/noticia/Autonomías/El_«clientelismo»_y_el_crecimiento_de_personal_causan_la_crisis_provincial
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