09/11/17 AYUNTAMIENTO DE VALENCINA SE CONVOCA SESIÓN ORDINARIA DE PLENO A CELEBRAR HOY A LAS 19:00 HORAS


AYUNTAMIENTO DE VALENCINA


Se convoca Sesión Ordinaria del Pleno a celebrar el próximo día 9 de noviembre de 2017, a las 19::00 horas


ORDEN DEL DÍA


1. 1. Aprobación del acta de las sesiones anteriores: 14 de septiembre, 19 de octubre

2. 2. Expediente 1011/2017. Procedimiento Genérico.- Modificación presupuestaria. Crédito extraordinario con bajas por anulación

3. 3. Dación de cuenta de resoluciones de alcaldía 1392 a 1773 de 2017

4. 4. Ruegos y Preguntas

5. 5. Asuntos urgentes


01/11/17 DIARIO DE CORDOBA "El dolmen siempre encierra un misterio, y eso me atrae"


MANUEL PIMENTEL, EDITOR Y ESCRITOR

 

"El dolmen siempre encierra un misterio, y eso me atrae"

Carmen Lozano

25/10/2017
 
Editor, ingeniero agrónomo, abogado y diplomado en dirección de empresas, la arqueología es una de sus pasiones. Después de recrear el mundo de las leyendas del mítico reino de Tartessos, el exministro Manuel Pimentel se adentra ahora en la época megalítica con Dolmen (Almuzara). Los secretos insondables de estas colosales piedras forman parte de un thriller que arranca con un terrorífico crimen que se ha perpetrado mediante un rito prehistórico en el Aljarafe sevillano, donde se enclava uno de los mayores dólmenes del mundo. Descubrir el misterioso secreto que se oculta bajo los crímenes de esas piedras es la misión de la arqueóloga Artafi Mendoza, quien comprende por su profesión que las técnicas policiales del presente están desfasadas en este tipo de escenarios; hay que recurrir a la arqueología, la única ciencia posible que puede explicar cuál es el poder y la influencia que estas mágicas estructuras ejercen sobre sus habitantes.
-Vuelve con una novela en la que da un paso más en el pasado para adentrarse, nada menos, que el megalítico. ¿Qué le atrae de ese periodo?
--Andalucía, en general, y algunas partes, en particular, es uno de los territorios megalíticos más importantes del mundo y no somos conscientes de ello. Habitamos una tierra de dólmenes y los tenemos por completo ajenos a nuestra cultura. El dolmen siempre encierra un misterio, y para mí es muy atractivo en ese sentido. Por eso me inspiré en estos monumentos de nuestra tierra que tanto desconocemos.
-¿Cómo llegó a esta historia?
--Llevo mucho tiempo visitando dólmenes, algunos más conocidos y otros menos. Hablo mucho con arqueólogos, y, a raíz de ahí, encontré una trama que ocurre en la Andalucía de hoy, no es una trama histórica, pero arranca en todo su misterio en torno a ritos en los dólmenes, que, para mi sorpresa, siguen teniendo una fuerza muy importante y muchos de ellos muestran síntomas de ritos que se han practicado a su alrededor. Todo eso me inspiró esta novela.
-De nuevo quiere atrapar al lector con un misterio. ¿De qué se trata?
--El arranque se sitúa en Valenciana de la Concepción, un pueblo muy cercano a Sevilla que tiene unos dólmenes espectaculares, y allí tiene lugar un extraño asesinato junto a una de esas piedras. Ahí se desata la trama, y la protagonista, que es una arqueóloga, comprende que con los métodos de la policía actual no se va a lograr descubrir, que tiene que meterse en la mente mágica de los constructores de esas piedras.
-¿De qué personajes se vale?
--Hay básicamente un ambiente de arqueólogos, de gente que estudia, sus amigos, sus familias. También está la policía, pero, en general, todos están relacionados con la arqueología.
-¿Cómo ha sido la tarea de documentación?
--He leído muchos libros y he tenido muchas conversaciones con arqueólogos, pero, sobre todo, visitas. He recorrido más de mil dólmenes entre España y Portugal, hay muchísimos. Y Andalucía es el lugar más importante del dolmen megalítico del mundo.
-¿Cree en la fuerza oscura de los dólmenes?
--No. Pero sí creo que están colocados en sitios muy especiales. Simbolizan poder, fuerza, unión con la naturaleza. Y también lo simbolizan hoy. Muchas iglesias están construidas sobre dólmenes, la más importante es la Santa Cruz, en Cangas de Onís. Creo que no se enclavaban en cualquier sitio, sino en lugares que desprenden energía. De alguna forma, nos conectan con la naturaleza, y por eso hay muchos movimientos que hoy en día los reivindican.
-Le encantan las piedras y las antiguas civilizaciones. ¿Por qué no estudió arqueología?
--Me gusta la arqueología divulgativa. Le tengo mucho respeto al arqueólogo y lo que me gusta es divulgar su trabajo.
-¿Qué parte de la historia de España le parece más novelera?
--España es un país con una vida intensa a lo largo de la historia. No cabe duda que la época de los tartesos tiene mucho aroma literario, igual que los grandes megalíticos. Pero también lo tiene la Bética romana, Al-Andalus o la conquista de América. Tiene muchos episodios y no sabría con cuál quedarme.
 

01/11/17 ANDALUCÍA INFORMACIÓN SOMOS DOLMEN


Manuel Pimentel - La Taberna de los Sabios

Somos dolmen


Manuel Pimentel

01/11/2017 12:34

Somos dolmen. Puede que le asombre, pero nuestra Andalucía es la tierra de los dólmenes; habitamos un primigenio y ancestral territorio megalítico, tan importante como desconocido.


Repito, somos dolmen. En ninguna otra región existen tantos, ni tan soberbios ni hermosos, como los nuestros. Y nosotros, sin enterarnos. Pensamos que los dólmenes reinan sobre paisajes celtas, brumosos y nórdicos, sin percatarnos que quizás nacieran bajo nuestro sol y desde aquí conquistaran los verdes paisajes bretones. Vivimos juntos a ellos y no los vemos; descendemos de sus constructores y lo ignoramos casi todo sobre nuestros ancestros. Sin embargo, desde hace siete mil años - los más antiguos -, cuatro mil - los más modernos -, estuvieron siempre ahí, poderosos y pacientes, esperando un reconocimiento que sólo hoy empiezan a percibir. Porque comenzamos a rescatar a los dólmenes del injusto olvido al que los sometimos durante miles de años. Arqueólogos que los investigan, divulgadores y novelistas que los damos a conocer, visitantes que se asombran en sus penumbras, regresamos todos seducidos por su arcano y misterio.


Somos dolmen. Las grandes piedras de la prehistoria jalonan toda nuestra geografía. Y como muestra, un botón: Menga, Patrimonio de la Humanidad, que se encuentra en Málaga, en Antikaria – ciudad de los antiguos – hoy Antequera; La Pastora, en Valencina de la Concepción, en Sevilla, el gran desconocido; El viejísimo Alberite, en Villamartín, puerta de la serranía gaditana; El dolmen de Soto, en Trigueros, Huelva, con sus guerreros grabados y dibujados en sus piedras; Los Millares, en Almería, la sorprendente ciudad calcolítica de Santa Fe de Mondújar; La necrópolis de las Peñas de los Gitanos, en Montefrío, Granada, con sus más de cien dólmenes silentes; Las necrópolis megalíticas de Gorafe, en Granada, suspendidas sobre el espectacular barranco del río Gor; El dolmen de la Sierrezuela, en posadas, Córdoba, recientemente abierto al público o los misteriosos dólmenes del Círculo de Piedra del Collado de los Bastianes, en Jaén. Y podríamos enriquecerlos con nuestras tierras vecinas, como el de Lácara en Badajoz, los de Alcanar en el Algarve o los de Évora en el Alentejo. Grandes catedrales de la prehistoria que nos anclan a la naturaleza que nos sustenta.


El dolmen – mesa de piedra, en el antiguo bretón – más allá de su colosal arquitectura, posee una fuerza inmanente que percibe quien lo visita. Enclavado en lugares de fuerza, fueron utilizados con frecuencia por construcciones posteriores, como iglesias o palacios, herederos de su prestigio y poder. En el sur de Portugal podemos visitar las Antas-Capelas, los dólmenes reconvertidos en ermitas, aunque el caso más espectacular de asunción del espíritu del dolmen lo encontramos en la iglesia de Santa Cruz, en Cangas de Onís, que fue construida por Fávila, hijo de Pelayo, sobre el dolmen principal de los asturcones, hoy perfectamente visible. La Hacienda de Ontiveros, en Valencina, alberga un gran dolmen bajo sus cimientos. Somos dolmen e, inconscientemente, bajo su fascinación evocadora permanecemos.


En nuestro siglo digital regresamos al dolmen, vórtice energético de las fuerzas naturales. Por eso, crecen – para sorpresa de muchos – los ritos que en los solsticios se celebran ante el dolmen. Ritos de vida y fertilidad, ritos telúricos y ancestrales, que nos retrotraen a nuestra prehistoria. Fuimos dolmen y, miles de años después, dolmen somos. Porque así de caprichosa es nuestra historia; porque así de misteriosas y fascinantes son tanto la literatura que escribimos como la vida que creemos vivir, entremezcladas íntimamente bajo los cielos y las grandes piedras de nuestra Andalucía ancestral.